jueves, 5 de diciembre de 2013

¿En qué consiste el Proyecto Humanista?

El Movimiento de Acción Social Humanista S. C., tiene como aspiración fundamental difundir hasta donde sea posible y con métodos bien específicos la doctrina del Humanismo Experimental, que representa una filosofía basada en el hombre concreto, y que busca elevarlo a la meta suprema de la existencia, es decir, a la felicidad en todas sus manifestaciones. De aquí la postura esencial que lo caracteriza: “El Hombre es el progreso del hombre”. En el máximo sentido de la palabra, el Proyecto Humanista consiste en:

1.- Crear y/o despertar una Conciencia Humanista

Esto representa el primer paso que debemos dar, pues hay que reconocer que nuestra sociedad está influenciada por una Conciencia Depredadora, es decir, por una conciencia destructiva que se impone desde la infancia en la mente de los individuos. Esto representa un gran obstáculo al tratar de entender, valorar y enaltecer la vida humana. Por lo tanto, es necesario pasar de una conciencia depredadora a una Conciencia Humanista.
¿Cómo lograrlo? Impartiendo conferencias a nivel masivo (congresos, foros, simposios, etc.), grupal, etc. Generando talleres cuyos objetivos estén orientados a la instauración de una verdadera Conciencia Humanista, con intervenciones en Radio y TV, creación y difusión de medios impresos y audio, etc.

2.- Proponer y difundir el Humanismo Experimental como una Postura Intelectual

Esto significa adentrarse en el conocimiento del Humanismo para adoptarlo como una postura basada en el rigor filosófico y no en una fe ciega. Debe entenderse que el Humanismo Experimental es una doctrina capaz de ser demostrada mediante el análisis y la argumentación lógica y no un mero sentimentalismo que busca el adormecimiento de las conciencias en nuestra adelantada sociedad.
En términos generales, el Humanismo Experimental es un asunto serio que se sustenta en una reflexión filosófica, y por lo tanto, digno de ser adoptado por hombres y mujeres serios en su búsqueda constante de entender a la sociedad.
  
3.- Establecer el Humanismo Experimental como una Forma de Vida

El Humanismo no tiene que representar un simple disfraz ideológico, una etiqueta intelectual o un rótulo social, sino que debe representar una filosofía de la acción social, que tenga en cuenta la felicidad del hombre concreto y el progreso de la colectividad. Y esto será una realidad cuando el Humanismo Experimental se convierta en una auténtica forma de vida para la sociedad de todos los tiempos.
En otras palabras, es pensar y actuar acorde a la filosofía del Humanismo Experimental. De esta manera quedará demostrado que en realidad, “El Hombre es el progreso del hombre”. Creemos que si el Humanismo no se convierte en acción permanente en favor del hombre concreto entonces no tendría una razón de ser.
Pero hay que destacar que el Proyecto Humanista estará completo sólo hasta después de haberse logrado el proceso anterior en los pueblos y ciudades que lo adopten como una filosofía transformadora. Aunque hay que destacar que para lograr este tercer paso el Movimiento contará con Departamentos específicos, que se encargarán de hacer evidente la forma de vida Humanista.
Es importante subrayar que no hay que quemar etapas a la hora de llevar a cabo el Proyecto Humanista, es necesario llevar un estricto orden, es decir, el segundo paso debe ser consecuencia del primero y el tercero consecuencia del segundo. Tampoco es obligatorio que en un solo ciclo de conferencias se realice todo el Proyecto, hay que recordar que se trata de un proceso que requiere de ser evaluado consecutivamente. Por ejemplo, después de haber trabajado en una determinada comunidad con el primer paso, puede dejarse pasar un tiempo razonable para continuar con el segundo, etc.

Gustavo Jiménez.
Fundador y Director General del Movimiento de Acción Social Humanista

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Taller de Conciencia Humanista

Este documento presenta en forma breve el taller que por el momento se ofrece dentro del Movimiento de Acción Social Humanista. Todos los demás temas incluyen al final  una recapitulación de mínimo 10 minutos para que el expositor, en forma sucinta, haga un recorrido por las principales intervenciones del representante de cada equipo.

Día 1.- Conferencia 1: Individualismo y Colectividad

Tiempo de duración: 45 minutos

Sinopsis: Cuando se intenta poner en marcha la filosofía del Humanismo Experimental, se presenta a nuestros ojos uno de los obstáculos más conmovedores, pues caemos en la cuenta de que el hombre de hoy se encuentra inmerso en un mundo superficial… en un mundo donde nada le importa más que su propia felicidad. De hecho,  hemos creado una cultura Light misma que ha dado origen a la actual Cultura del Individualismo. Pero, ¿En qué consiste esta cultura individualista? ¿Qué otros factores le dieron origen? ¿Cómo afecta al hombre concreto en su búsqueda del bien común?

Sesión de preguntas y respuestas: 15 minutos

Mesa redonda: 15 minutos

·         ¿Qué relación encuentras entre la felicidad individual y la felicidad colectiva?
·         En concreto, ¿Qué se puede hacer para contrarrestar el fenómeno individualista en tu comunidad y en tu país?
·         ¿Cómo podría crearse una Cultura del Diálogo, teniendo en cuenta la Transición de la Cultura que impera en nuestros días?

Breve exposición de un representante de equipo: Máximo 5 minutos

Conferencia 2: La Cultura Humanista

Tiempo de duración: 45 minutos

Sinopsis: Para sobrevivir y desarrollarse, el hombre ha creado formas distinta de situarse en el mundo y de entender su relación con los otros. Así, en la actualidad se oye hablar  por todos lados de la cultura del miedo, de la Cultura del individualismo, de una  cultura Light, de la cultura de la muerte, etc. Sin embargo, aún falta mucho camino por recorrer  para consolidar, fortalecer  y establecer  una Cultura Humanista, acorde a las necesidades del siglo veintiuno. De hecho, el fenómeno individualista nos ha abierto las puertas de la esperanza, en el sentido de que nos ha demostrado que la sociedad demanda una Cultura Humanista en un siglo deshumanizado. En este tema se expondrá qué es, en que consiste y hasta dónde es capaz de transformar al hombre de hoy la Cultura Humanista.

Sesión de preguntas y respuestas: 15 minutos

Mesa redonda: 15 minutos

·         Desde tu punto de vista, ¿Qué es la Cultura Humanista?
·         ¿De que manera repercute en la sociedad el tipo de cultura que haya adoptado un individuo?
·         Desde tu punto de vista, ¿Qué retos habrá de enfrentar la Cultura Humanista en un siglo que parece estar deshumanizado?

Breve exposición de un representante de equipo: Máximo 5 minutos

Día 2.- Conferencia 3: La Transición de la Conciencia

Sinopsis: Desde tiempos remotos, los hombres han pretendido revolucionar el pensamiento de la sociedad, para bien o para mal. Sin embargo, no es un gran avance continuar alimentando esa forma de vida que nosotros hemos llamado la Conciencia Depredadora. Por el contrario, es necesario generar una Transición  de la Conciencia en nuestro deslumbrante  siglo veintiuno, asechado a grandes escalas por el impacto de la innovación tecnológica. Pero, ¿Qué es y en qué consiste el proceso de la Transición de la Conciencia? ¿Qué le exige esta Transición al hombre moderno?

Sesión de preguntas y respuestas: 15 minutos

Mesa redonda: 15 minutos

·         ¿Cuáles son algunas secuelas que la sociedad ha enfrentado debido a la propagación de la Conciencia Depredadora?
·         ¿Cómo ayudará la Transición de la Conciencia al progreso de la sociedad?
·         ¿Por qué una transición y no una Revolución?

Breve exposición de un representante de equipo: Máximo 5 minutos

Conferencia 4: Conciencia Humanista

Sinopsis: Este representa el primer paso del Proyecto Humanista en el máximo sentido de la palabra. La primacía de la Conciencia  Humanista es necesario en nuestra sociedad contemporánea, que día a día se sumerge en una cultura depredadora, que destruye no sólo los valores humanos, sino también los anhelos de bienestar. Podemos  constatar que el hombre de hoy que proyecta abandonar el abismo depredador se encuentra en un estado de indefensión ante los ataques constantes del individualismo, y de las falsas ideologías que le ofrecen un mundo sin valores y sin esperanzas de progreso. Pero no todo está perdido. Aún existe la posibilidad de transformar esa conciencia destructora por una Conciencia Humanista.   
Sesión de preguntas y respuestas: 15 minutos

Mesa redonda: 15 minutos

·         ¿Qué papel juega en la actualidad la Conciencia Humanista?
·         ¿Cómo puede la Conciencia Humanista revalorar, enaltecer y dignificar al hombre?
·         ¿Cómo podría enseñarse Conciencia Humanista en una sociedad depredadora?
Breve exposición de un representante de equipo: Máximo 5 minutos

Día 3.- Conferencia 5: El Bien Común 

Sinopsis: Se trata de la meta suprema de todas las sociedades, y en especial, la esperanza y el ideal que han movido a los hombres de todos los tiempos, tal como lo podemos constatar haciendo un recorrido por las principales épocas de la humanidad. El Bien común  no es una utopía más para el siglo veintiuno, sino que representa un Bien necesario de todos, por todos y para todos. Pero además, el Bien Común es la meta última del Humanismo Experimental, que busca elevar la dignidad del hombre concreto dentro de su misma sociedad.

Sesión de preguntas y respuestas: 15 minutos

Mesa redonda: 15 minutos

·         ¿Por qué el Bien Común es el anhelo de todas las sociedades?
·         ¿Qué otros factores crees que debería tener en cuenta al Bien Común?
·         ¿En que sentido el Bien Común es una utopía?

Breve exposición de un representante de equipo: Máximo 5 minutos

Conferencia 6: El Hombre: Artífice del Progreso

Sinopsis: Cuando en la filosofía del humanismo hablamos de que es el Hombre, ¿a qué nos referimos? ¿A una entidad abstracta y condenada a vivir en el mundo de lo estático, o a un ser que piensa, sufre, siente y se mueve en un mundo controversial? ¿Cuál ha sido el posible error de las doctrinas filosóficas del pasado en lo referente al  concepto del hombre? En verdad, hemos dedicado más tiempo y esfuerzo a tratar de definir al hombre y a elaborar  sistemas filosóficos, políticos, etc., en torno a él pero pocas veces nos hemos detenido para tratar de transformar la vida de los hombres y hacerles más favorable la existencia.

Sesión de preguntas y respuestas: 15 minutos

Mesa redonda: 15 minutos

·         Presenta algunas diferencias entre el hombre abstracto y el hombre concreto
·         ¿Qué retos tiene el hombre concreto ante un mundo depredador?
·         ¿Busca el Humanismo Experimental destronar la filosofía del hombre abstracto?


Breve exposición de un representante de equipo: Máximo 5 minutos

jueves, 14 de noviembre de 2013

Requisitos de admisión

             Debido a que los problemas que aquejan y preocupan a la sociedad y al Hombre Concreto son numerosos y desafiantes, para ser admitidos al Movimiento se exige que el candidato haya decidido libre y voluntariamente aceptar en su vida la filosofía del Humanismo Experimental. Quien no cumpla con lo anterior será remitido al Gobierno correspondiente para que sea este órgano quien decida o no la admisión de ese candidato. De todos modos, los cinco requisitos generales para ser admitidos son los siguientes:


1.      Deseo de vivir y difundir la filosofía del Humanismo Experimental.

2.      Plena disposición para aceptar en su vida la Transición de la Conciencia.

3.      Asumir la Conciencia Humanista como una norma de vida.

4.      Deseo de luchar por hacer realidad el Bien Común en la sociedad.

5.      Solvencia moral, deseo de servicio y sensibilidad social.

jueves, 7 de noviembre de 2013

El papel de Dios


El otro punto que debe quedar sumamente claro es que el Humanismo Experimental no invalida el papel d Dios en el desarrollo del progreso social y humano, como se pudiera concluir de nuestra filosofía de inspiración “el Hombre es el progreso del hombre”. Nosotros estamos hablando del progreso en su dimensión material y sicológica, y no del progreso espiritual que sólo la Religión, en sus distintas manifestaciones, puede otorgar. Claro que el hombre concreto es quien pone las condiciones del progreso en el sentido de que él elige los medios para lograr su cometido de transformar a la sociedad de la que es parte fundamental, pero hay que tener en cuenta que por naturaleza el hombre tiende a creer y a enaltecer la existencia de una divinidad, y con esto pretendemos afirmar que de por sí el mismo hombre es incapaz de negar la presencia de Dios dentro de la existencia.
Desde un principio debe entenderse que el “hombre” del Humanismo Experimental no es un ser supremo que deba eclipsar la existencia del Ser Absoluto (Dios). Nosotros no consideramos al hombre como un ser que existe para revivir la rebeldía del Edén. Es ante todo, un ser responsable que engrandece al mismo hombre como parte de su proyecto del vivir. El hombre concreto es acción permanente capaz de reestructurar el concepto de progreso y bienestar, pero no sólo de eso, sino también de donar felicidad y desarrollo a sus semejantes, generarlo cuando éstos componentes humanos están ausentes y transformarse él mismo en humanista práctico por el bien de la sociedad.
A simple vista podría pensarse que el Humanismo Experimental otorga al hombre una supremacía dominante sobre el mismo hombre, capaz de generar el progreso en toda la expresión de la palabra, prescindiendo de esa realidad llamada Dios. Pero no es así. El hombre es un ser activo, y como tal, está en condición de hacer más próspera la vida sobre la tierra, y eso no significa que el Humanismo rechace la intervención divina. En otras palabras, tampoco en este aspecto hay oposición entre Humanismo y Religión.
Aunque muchos puedan preguntar si entonces Dios y su Religión no son un Medio para el hombre, aquí sólo nos limitaremos a decir que la intervención de Dios es un asunto de tal importancia que no se puede juzgar a la luz del ciego fanatismo, o con una mente cerrada a la hora de interpretar y entender el papel y la filosofía del Humanismo Experimental. A veces el problema radica en una mala interpretación de ciertos religiosos que afirman que la ayuda de Dios vendrá como consecuencia de una vida de encierro e inmersa en una continua oración, dejando en el olvido los verdaderos problemas del hombre concreto, como si Dios se pronunciara en contra de las necesidades humanas. Existe, además, otro grupo de religiosos que interpretan la intromisión del hombre en los problemas del mundo como un asunto inútil y hasta pecaminoso, argumentando que no está permitido al hombre dirigir sus propios pasos”.
Obviamente aquí se ve la mala fe, el fanatismo y la indiferencia de estos religiosos, pues sabemos que el gran Jesús de Nazaret mostraba plena preocupación por las necesidades de su tiempo y nunca se limitó a llevar una vida de simples oraciones, sino que su misma misión constituía una acción permanente en favor del hombre de carne y hueso. Ahora bien, en cuanto a los religiosos radicales podríamos preguntar, ¿se han olvidado la acción social de Moisés a favor de sus hermanos israelitas cuando éstos sufrían la opresión en Egipto a manos del Faraón?
No la vemos, pero la acción de Dios se manifiesta en el actuar del hombre concreto que se ocupa en hacer más favorable su propia vida y la de los demás, pues la enseñanza bíblica es que Dios actúa a través del hombre. Así que teniendo en mente estas consideraciones podemos interrogar, ¿rechaza el Humanismo Experimental la acción de Dios en el perfeccionamiento de la sociedad? ¿En dónde está la aparente oposición entre el Humanismo y la Religión? No existe. Es sólo una mala interpretación de lo que nosotros llamamos la máxima filosofía; “el Hombre es progreso del hombre”.
Claro que en ocasiones los seres humanos pretenden cargar la responsabilidad del progreso únicamente en Dios y en su religión, pero a nuestro juicio esto constituye un grave error, puesto que tal pretensión, hace que se pase inadvertida la parte concreta que nos corresponde, tomando cada cual una actitud de indiferencia ante las necesidades ajenas. El simple hecho de ser “humanos” representa una oportunidad pero también una exigencia. Por lo tanto, generar el progreso es también tarea de humanos.


Tomado del Libro: Conciencia Humanista
Autor: Gustavo Jiménez.
Editorial Hominis

martes, 5 de noviembre de 2013

Humanismo Experimental: Filosofía del hombre concreto

Como hemos visto, los Humanismos del pasado dedicaron más tiempo a tratar de entender el papel del hombre en el universo, por lo que algunos optaron por escribir excelentes y extensas obras literarias para plasmar el amor humano y la sensibilidad de éste. Otros más, dedicaron energías a rescatar el conocimiento clásico, representado por el mundo griego, para hacerlo presente en su sociedad. Y a esto le llamaron Humanismo.
Claro que todo esto, al final de cuentas es meritorio desde el punto de vista que se quiera ver. Sin embargo, pocas veces resultaron ser prácticos, y al parecer, se alejaron del hombre concreto al preocuparse más por la elaboración de reflexiones y teorías abstractas en torno a él. Eso provocó que aquéllos humanismos se quedaran confinados en un constante abstraccionismo sobre el hombre y su papel en el universo, y así, el hombre mismo se olvidó del hombre. ¡Qué paradoja!
En estas circunstancias surge la necesidad de traer a colación nuevamente el Humanismo y establecerlo como una forma de vida, pero sin quitarle por ello su aspecto intelectual. Es evidente que nosotros creemos y sostenemos que la sociedad, no sólo la actual, sino la de todos los tiempos, necesita pasar de manera categórica de un Humanismo abstracto a un Humanismo Experimental, es decir, a una filosofía que valore, dignifique, exalte y promueva al hombre dentro de su sociedad, pero al hombre de carne y hueso… al que anhela su verdadero bienestar y que tiene sed de felicidad y realización.
Y en este punto hay que aclarar que cuando hablamos de generar la felicidad del hombre no nos referimos al Humanismo Experimental como una doctrina prometedora de utopías o que intentará resolver todos los problemas del hombre concreto, pero es lógico que una vez que el individuo ha entendido la máxima filosofía del Humanismo “El hombre es el progreso del hombre”, comienza a desarrollar una Conciencia Humanista basada en una profunda sensibilidad hacia el otro, (colectividad) pero sin hacer a un lado su propia felicidad (sano individualismo). En este sentido se considera al Humanismo Experimental como una filosofía transformadora, no sólo de la sociedad sino también del hombre individual. 

Tomado del libro: Conciencia Humanista
Autor: Gustavo Jiménez
Editorial Hominis

viernes, 18 de octubre de 2013

La disgregación social

En el siglo veintiuno, caracterizado por el crecimiento vertiginoso de las grandes tecnologías, podemos constatar la presencia de un fenómeno amenazador; el fenómeno de la desintegración social. Sin embargo, vale mencionar que este fenómeno no es generado por una sola causa, por lo menos, nosotros consideramos que su aparición es pluricausal. Por lo tanto, es una injusticia el querer atribuir a un solo factor el surgimiento de este fenómeno, como también es una injusticia el pretender hacer caso omiso de ese malestar. De hecho, podemos decir que ni la tecnología, ni la política, ni las distintas denominaciones religiosas… pueden ser acusadas de contribuir al surgimiento de este fenómeno depredador en absoluto. Claro que en cierto sentido, y para no resultar ingenuos ante la sociedad, sí son culpables de lo que pasa en nuestro acontecer cotidiano, en mayor o en menor medida. Aunque no son responsables en su totalidad, sí lo son en circunstancias particulares. Como ejemplo podemos citar lo siguiente; los avances tecnológicos, aunque no es regla general, contribuyen a forjar la cultura del individualismo, la política mal entendida aumenta la disgregación, y algunas denominaciones religiosas tienden a crear fanatismo y confusión en muchos ambientes de la sociedad. Tenemos, entonces, que la sociedad del siglo veintiuno está asediada por todos lados; a nivel político, tecnológico y religioso. Claro que en los siglos pasados también han existido los mismos peligros, (luchas de clases y guerras religiosas, por ejemplo) pero hay que considerar que en nuestro siglo las consecuencias pueden ser aún mayores que en el pasado, puesto que hoy también la innovación tecnológica amenaza con incrementar y difundir la actual cultura del individualismo, y de hecho, ya lo está haciendo en ciertos sectores sociales. Sin embargo, si adoptamos la doctrina del Bien Común y el Humanismo Experimental como dos necesidades del hombre de hoy, estas pueden aportar nuevas herramientas de integración nacional y pueden detener en gran medida la cultura de la desintegración social con métodos aplicables y concretos. Curiosamente, antes nos quejábamos porque en ciertos estratos sociales abundaba la desintegración familiar, pero hoy, la división ha atacado también muchos aspectos de la sociedad. Sin embargo, a nuestro juicio es un error hacer caso omiso.
Tomado del libro: Conciencia Humanista
Autor: Gustavo Jiménez
Editorial Hominis

El mundo actual...

El mundo actual se encuentra situado en una mal llamada Cultura del Individualismo, tal como lo podemos constatar por la casi total degeneración de las antiguas costumbres de contar y escuchar historias en colectividad. Vale decir que antaño esto despertaba el interés grupal por conservar vivas las tradiciones y los conocimientos que se generaban al interior de una cultura en particular. Hoy, los contadores de historias parecen ser una raza en peligro de extinción. Sin embargo, no es este el único ejemplo del que se pueda hacer mención. En este sentido, también podríamos recordar la reciente desaparición del Tequio y del Trueque dentro de las sociedades modernas; dos términos que encierran una profunda sensibilidad social, pero desafortunadamente, ya no están de moda. Por otro lado, los avances recientes de la tecnología contribuyen a incrementar el monstruo que nosotros denominamos la cultura individual. Es decir, al transcurrir el tiempo caímos en un vertiginoso retroceso, y de la cultura colectiva se pasó a una cultura del individualismo. En la actualidad, es asombroso ver que los individuos se sientan mejor “viviendo en su propio mundo”, que haciendo una vida social, que pudiera redundar en un amplio beneficio para poner las bases de un verdadero Bien Común. Pero la pérdida de la conciencia cultural no sólo depende de una prolongada o exagerada cultura del individualismo. Hay que reconocer también que los actuales problemas de la política mexicana ponen en alto riesgo la conciencia del bienestar y la unidad nacional. En este sentido, hay que aclarar que por ningún motivo condeno a la política, mucho menos a los políticos. No obstante, mi convicción por instaurar una nación basada en los principios de tolerancia, igualdad, humanismo y fraternidad me hace llegar a la siguiente conclusión; el discurso de la política actual parece contribuir en mayor medida a la desintegración nacional. Esto es, el individuo se aleja del individuo debido a una politización que trae consigo el ímpetu de la disgregación social. Sin embargo, el intento por reinterpretar y revalorar al hombre y a la sociedad no se limita a cruzarnos de brazos y a tomar la actitud del espectador, acostumbrado a convertirse en el testigo de la derrota y el derrumbe cultural. Al contrario, es necesario despertar en nosotros la actitud de los transformadores sociales, que ofrendan su vida en aras de un mundo diferente en muchos sentidos. Despertar la conciencia es retomar fuerzas para enfrentar con tesón la problemática actual que impera en varios sectores del país; es hora de convertirnos en visionarios sociales para contribuir con nuestras propuestas a un cambio en lo concerniente a la cultura del individualismo. Con la esperanza de constituir un dique ante la prevalencia de una sociedad Light y una Cultura Individualista que sirva como punto de encuentro entre las diversas formas de hacer y vivir el Humanismo, pero, sobre todo, para que los individuos puedan acceder a su plena realización, me he propuesto la fundación del Movimiento de Acción Social Humanista, […]. Además, veo conveniente iniciar la difusión de la Conciencia Humanista y del Humanismo Experimental en todos los rincones del país para contribuir a la llegada del tan anhelado Bien Común. Por lo tanto, una de nuestras grandes aspiraciones es poder difundir y establecer la Conciencia Humanista en una sociedad que ha perdido la conciencia por la colectividad y que navega en un mundo en decadencia. Esto es en el máximo sentido de la palabra el Humanismo Experimental. Ojalá que nuestra contribución a la sociedad pueda ser de mucha utilidad, principalmente en todos los sectores donde se adopte esta filosofía del siglo veintiuno.
ATENTAMENTE:

"El hombre es el progreso del hombre"

Evolución y Retroceso



Pero sin alejarnos mucho del tema que nos ocupa, podemos decir que desafortunadamente los casos en los que se hacía colectividad en épocas pasadas, van perdiendo vigencia en nuestra “adelantada sociedad”. Además, resulta curioso que en esta época de mayor desenvolvimiento tecnológico e intelectual sea el pasado quien deba darnos lecciones de vida social en lo concerniente a entender y hacer presente el progreso de la colectividad. ¿No, acaso afirman sociólogos y científicos que el mundo de hoy y el ser humano están en continua evolución? Sí así están las cosas, entonces ¿en dónde está el beneficio que la ciencia y la tecnología están trayendo al hombre y a la sociedad? Ahora bien, ¿qué sentido tiene ascender por un lado y, al mismo tiempo descender por el otro? Por el lado de la ciencia y la tecnología tenemos una sociedad adelantada que se señorea sobre un baluarte científico-intelectual, y por el lado de la cultura, la moral y el Humanismo, tenemos una sociedad que agoniza en la antesala de la involución. No cabe la menor duda que nuestra sociedad, tal como la tenemos en la actualidad, está en un continuo retroceso cultural, y eso es un hecho evidente. Pero las mentes de los brillantes intelectuales, de los políticos y de los falsos líderes sociales siguen divagando intensamente en las nubes. Y pensar que desde arriba todo se ve en buen estado, y al mismo tiempo, sin un mínimo de preocupación por el rezago en que se encuentra la mayoría de los individuos. En cambio, sociológicamente hablando, abajo está el mudo real... el mundo del hombre concreto. Precisamente aquí estriba la urgente necesidad de unir ambas perspectivas, el desarrollo tecnológico-intelectual con el desarrollo humanista y socio-cultural del país. De otra manera, en un tiempo no muy lejano en todos los órdenes sociales se estará hablando de la irrupción del hombre tecnificado, y de una sociedad sin otro progreso más que el tecnológico. Que quede claro que no nos oponemos al progreso que desde tiempo inmemorial está teniendo la humanidad en todos los ámbitos, sino al olvido y a la denigración del ser que se está generando por parte del incontrolado desarrollo tecnológico de la era moderna. Nosotros pensamos que el progreso tecnológico debería abrir la oportunidad al progreso y al desarrollo social. Por otro lado, nuestro afán por rescatar la unidad nacional nos lleva a enfatizar que bajo ninguna circunstancia podemos permitir que ciertos hombres se estén imponiendo como vacas sagradas del país bajo el pretexto de estar luchando por el bien de la sociedad desde una perspectiva totalmente depredadora. Las actitudes nacionales en torno a esta mentalidad difieren cualitativamente de las grandes ideas que han transformado al mundo de hace trescientos o cuatrocientos años pues, según mi opinión nada dogmática, para transformar la conciencia nacional se debe estar exento de toda tendencia a crear individualismos que puedan poner en tela de juicio la idea del humanista moderno. En caso contrario, sólo estaríamos atacando un sector para favorecer a otro. ¿Qué sucedió en el pasado respecto a la forma de entender nuestra conciencia por la colectividad? ¿Podemos hablar en el siglo veintiuno de una Transición Cultural? Esto quiere decir que el problema que ha generado la Cultura del Individualismo no es de menor importancia como algunos pudieran verlo. Se trata, en realidad, de una forma de vida del hombre moderno, pero sobre todo, se trata de un asunto que nos concierne a todos; líderes sociales, hombre común y sociedad en general.
Tomado del libro: Conciencia Humanista
Autor: Gustavo Jiménez.
Editorial Hominis

El hombre es el progreso del hombre

Cuando en la filosofía del Humanismo hablamos de qué es el Hombre, ¿a qué nos referimos? ¿A una entidad espiritual (abstracta) condenada a vivir en el mundo de lo estático o a un ser que piensa, sufre, siente y se mueve en un mundo controversial? ¿Cuál ha sido el posible error de las doctrinas filosóficas del pasado en lo referente al concepto del hombre? En verdad, hemos dedicado más tiempo y esfuerzo a tratar de definir al hombre y a elaborar sistemas filosóficos, religiosos y políticos entorno a él pero pocas veces nos hemos detenido para orientar nuestros esfuerzos a tratar de transformar la vida de los hombres y hacerles más favorable la existencia. Este capítulo no pretende dar una respuesta definitiva y contundente al problema qué es el hombre, pero establece y cuestiona los conceptos del pasado, y además, presenta en forma detallada la manera de entender al hombre dentro del Humanismo Experimental. Un problema, dos soluciones Por regla general, los individuos nacemos dentro de una sociedad establecida con normas y costumbres, pudientes y marginados, cultos e incultos, caciques y vasallos, etc., lo que significa que desde nuestro nacimiento somos y existimos para la colectividad en toda su plenitud. Sin embargo, algunos dirán que propiamente es a la antropología o a la sociología a quienes compete considerar lo que en este capítulo vamos a cuestionar, ya que por su naturaleza, son la ciencia del hombre… de los hombres y de la sociedad. Y de hecho, nosotros no estamos en contra de esas disciplinas, pero no por ello vamos a actuar como si de veras el problema no fuera de nuestra competencia en el campo del Humanismo. Ahora bien, puesto que somos un producto de la sociedad, nada de aquélla nos es ajena. No obstante, parece que en nuestros tiempos existen dos maneras de acercarse al estudio y a la interpretación del hombre; desde el punto de vista del científico (el sociólogo o el antropólogo) y desde el punto de vista del hombre ordinario (el hombre común). El científico se acerca mediante un método bien definido y con una línea argumental específica para, posteriormente, devenir la investigación en una teoría social que muchas veces es lanzada al basurero de la sociedad, no porque sea inútil, sino porque las experiencias pasadas confirman que las teorías no siempre llegan a su realización definitiva, tal como las pretendió su progenitor. El hombre ordinario, en cambio, es más experimental que científico. Habla e interpreta desde su propia experiencia, desde su idiosincrasia, a la usanza tradicional de juzgar lo que se ve. Con esto no queremos quitar al científico social su naturaleza, mucho menos su intelectualidad en el campo de la interpretación. En todo caso, en este siglo de la evolución social es urgente encontrar el justo equilibrio entre el método científico y el experimental al acercarse al estudio y a la comprensión del individuo en su sociedad. En verdad, aunque ambas interpretaciones difieren cualitativamente, hay que reconocer que son el producto de la subjetividad, puesto que la sistematización de un método de investigación no indica que sea menos subjetivo que uno no sistematizado.
Tomado del libro: Conciencia humanista
Autor: Gustavo Jiménez.
Editorial Hominis

domingo, 13 de octubre de 2013

La transformación del hombre...

La transformación del hombre por el hombre debe representar una tarea fundamental para el mundo de hoy, y para los hombres de todos los tiempos, no obstante los obstáculos que puedan presentar las grandes ideologías que atentan contra el progreso, la unidad y la dignidad del acontecer social. Por otro lado, las tantas controversias por las que atraviesa nuestra sociedad actual ponen de manifiesto la urgente necesidad de volver la mirada hacia el hombre concreto para transformarlo, no en el depredador de su mismo entorno, sino en verdadero humanista para el siglo veintiuno. Sin embargo, hay que destacar que vivimos en una sociedad acostumbrada a pensar en términos negativos en cuanto al progreso del hombre y de la humanidad se refiere. Además, parece que para ciertos espíritus destacados del país hablar hoy de un nuevo Humanismo supone retroceder en la historia. Ellos no quieren reconocer que el Humanismo se convierte en una necesidad para la sociedad contemporánea, y en especial, para el hombre concreto. Cabe señalar que tener por emblema la Conciencia Humanista atenta contra los intereses particulares de pseudos líderes dedicados a mantener la conciencia colectiva en un estado de ensoñación permanente, puesto que cuando la sociedad despierta ya nada ni nadie la puede detener en su ardua lucha por alcanzar la liberación y el progreso colectivos. Hago notar que por lo general, un pseudo líder carece de un sano y verdadero compromiso con la sociedad, de lealtad a los intereses que atañen a la colectividad y de visión de progreso. Y las consecuencias ya las conocemos; una catástrofe cultural, política y social que se está imponiendo en ciudades y pueblos de nuestra República Mexicana, a pasos agigantados. Por ello sostengo que cualquiera que se pronuncie a favor de la doctrina del Bien Común, así como también tenga la sana convicción de defenderla, debe contar con una auténtica formación humanista, y por lo tanto, conocer, entender y vivir el Humanismo. Es así como lograremos redescubrir al hombre concreto en toda la extensión de la palabra para conducirlo hacia la meta suprema de la existencia; la felicidad consiente, tanto en su individualidad como en su colectividad. Con este fin hemos dado inicio al Movimiento de Acción Social Humanista cuyo propósito consiste en hacer del Humanismo Experimental una forma de vida, así también, proponerlo como una postura intelectual. Nosotros creemos que en los siglos venideros el Humanismo habrá de imponerse como una de las mejores vías para reconquistar aquél hálito de fraternidad mundial que la actual cultura del individualismo nos está arrebatando, si no en su totalidad, sí a una escala considerable. Teniendo en cuenta nuestra filosofía de inspiración “el hombre es el progreso del hombre”, reconocemos que tenemos un compromiso con toda la sociedad, y de manera especial con el hombre concreto. De hecho, el Humanismo que este Movimiento propone debe ser práctico en esencia, a diferencia de los humanismos del pasado que han divagado en puras teorías hasta quedar confinados en ese peligroso nivel. Por eso estamos invitando a personas de todas las categorías sociales (políticos, académicos, religiosos, intelectuales, estudiantes de todos los niveles, obreros, amas de casa y público en general) para que se unan a este Movimiento, traten de entenderlo y puedan aplicarlo en su vida cotidiana.

ATENTAMENTE

"El hombre es el progreso del hombre"

¿Qué es ser Humanista?


Como ya he explicado en otras ocasiones, antaño ser humanista representaba un privilegio reservado, quizás a los intelectuales o para los diversos exponentes del arte y la cultura en todas sus manifestaciones. Nosotros proponemos un Humanismo para todos, por lo que estamos destronando la idea de ser un privilegio. De hecho, el siglo veintiuno debe caracterizarse por la demanda incesante de contar con humanistas comprometidos con los problemas concretos, y no solo con los asuntos intelectuales de dicha doctrina. En resumen, podemos decir que ser humanista debe representar un patrimonio para todos pero también una enorme responsabilidad. Ahora bien, ¿qué es ser Humanista? Veamos.
1. Es defender, proclamar, elevar y revalorar la dignidad del hombre sobre la tierra, y ver su deseo de felicidad como la meta suprema de la existencia.
2. Es tener al hombre como origen y fin del progreso social e individual. Aquí está contenida nuestra filosofía; “El Hombre es el progreso del hombre”.
3. Es defender y respetar la diversidad cultural como patrimonio y fuente de unidad entre los seres humanos.
4. Es mirar al mundo como el espacio supremo para la realización de la raza humana, y como el lugar adecuado para generar la convivencia con la naturaleza.
5. Es tener una actitud de sensibilidad, de respeto y de transformación social. Al mismo tiempo, es luchar contra la violencia y la injusticia social en todas sus manifestaciones.
6. Es apelar por la transformación del hombre por el hombre. En otras palabras, es volver la mirada hacia el hombre concreto.
7. Es vivir el Humanismo Experimental como una actitud ante la vida, y no solamente como una postura intelectual.
8. Es saber encontrar el justo equilibrio entre el individualismo y la colectividad. Entender esto es entender la esencia misma del Humanismo Experimental.
9. Es ver los avances científicos y tecnológicos como algo favorable para la raza humana, siempre y cuando aquéllos avances contribuyan al progreso universal, y no a la destrucción del hombre.
10. Es, en último término, tener como meta suprema luchar con todos los medios por generar el Bien Común dentro de las sociedades actuales. De esta manera la Buena Sociedad será una realidad.
 
 
 
ATENTAMENTE:
 
"El hombre es el progreso del hombre"
 
 
 
Este texto es propiedad del Movimiento de Acción Social Humanista S. C

El Proyecto Humanista

El Movimiento de Acción Social Humanista S. C., tiene como aspiración fundamental difundir hasta donde sea posible y con métodos bien definidos la doctrina del Humanismo Experimental, que representa una filosofía basada en el hombre concreto, y busca elevarlo a la meta suprema de la existencia, es decir, a su plenitud y realización. De aquí la postura esencial que lo caracteriza: “El Hombre es el progreso del hombre”. El Proyecto Humanista consiste en:

1.- Crear y/o despertar una Conciencia Humanista
2.- Establecer el Humanismo Experimental como una Postura Intelectual
3.- Establecer el Humanismo Experimental como una Forma de Vida

Si estás interesado en conocer más sobre el Humanismo Experimental, ponte en contacto con nosotros por este medio o escríbenos a humanismo_experimental@hotmail.com y pronto nos comunicaremos contigo.

¿Qué es el Humanismo Experimental?

Para nosotros representa una filosofía basada en la revaloración y exaltación del hombre concreto sobre la tierra. Además, busca elevarlo a la meta suprema de la existencia humana, es decir, a su plenitud y realización. A diferencia de los humanismos del pasado que solo se dedicaron a analizar y desarrollar una reflexión filosófica que únicamente tuvo en cuenta al hombre abstracto, el Humanismo Experimental muestra predilección y preocupación especial por el hombre de carne y hueso. De hecho, la postura que lo caracteriza establece que el Hombre es el progreso del hombre.

Extraído del libro: El Humanismo Experimental en preguntas y respuestas.
Autor: Gustavo Jiménez
            Editorial Hominis

Quiénes somos

Somos una Institución dispuesta a transformar y hacer más favorable el presente y el futuro del hombre concreto en la sociedad. Miramos con optimismo la realidad social, pero al mismo tiempo, estamos conscientes que aún faltan muchas cosas por hacer para formar una sociedad unida, madura y eficaz, cuyos miembros estén impregnados de una Cultura Humanista, acorde a las necesidades de su tiempo y distinto de lo que antaño se ha venido proponiendo como norma de vida. Valores como la religión, la cultura, el Humanismo, la educación, la política, etc., se han transformado, en nuestros días, en temas que sólo competen a un círculo limitado de especialistas y no al público en general. Esto prueba que hemos hecho de la cultura un cúmulo de ideas abandonadas a un mundo en retroceso, y del Humanismo una teoría y no un hecho. Sin embargo, la esperanza de renovar y reinterpretar al hombre, a la cultura y a la sociedad no ha quedado atrás. Para terminar con ciertos malestares que atentan contra la cultura y la sociedad, nosotros estamos proponiendo el Movimiento de Acción Social Humanista S. C., y creemos que fungirá como un aliciente de reintegración para los sectores en donde sea aceptado, ya que uno de sus objetivos específicos consiste en purificar y elevar a la cultura y al Humanismo a un rango superior para que mediante su correcta aplicación, la sociedad pueda retornar a su estado de fraternidad, es decir, mediante la Cultura Humanista podamos lograr juntos el Bien Común. Recordemos que el espíritu cultural trae como consecuencia un espíritu humanista.