viernes, 18 de octubre de 2013

Evolución y Retroceso



Pero sin alejarnos mucho del tema que nos ocupa, podemos decir que desafortunadamente los casos en los que se hacía colectividad en épocas pasadas, van perdiendo vigencia en nuestra “adelantada sociedad”. Además, resulta curioso que en esta época de mayor desenvolvimiento tecnológico e intelectual sea el pasado quien deba darnos lecciones de vida social en lo concerniente a entender y hacer presente el progreso de la colectividad. ¿No, acaso afirman sociólogos y científicos que el mundo de hoy y el ser humano están en continua evolución? Sí así están las cosas, entonces ¿en dónde está el beneficio que la ciencia y la tecnología están trayendo al hombre y a la sociedad? Ahora bien, ¿qué sentido tiene ascender por un lado y, al mismo tiempo descender por el otro? Por el lado de la ciencia y la tecnología tenemos una sociedad adelantada que se señorea sobre un baluarte científico-intelectual, y por el lado de la cultura, la moral y el Humanismo, tenemos una sociedad que agoniza en la antesala de la involución. No cabe la menor duda que nuestra sociedad, tal como la tenemos en la actualidad, está en un continuo retroceso cultural, y eso es un hecho evidente. Pero las mentes de los brillantes intelectuales, de los políticos y de los falsos líderes sociales siguen divagando intensamente en las nubes. Y pensar que desde arriba todo se ve en buen estado, y al mismo tiempo, sin un mínimo de preocupación por el rezago en que se encuentra la mayoría de los individuos. En cambio, sociológicamente hablando, abajo está el mudo real... el mundo del hombre concreto. Precisamente aquí estriba la urgente necesidad de unir ambas perspectivas, el desarrollo tecnológico-intelectual con el desarrollo humanista y socio-cultural del país. De otra manera, en un tiempo no muy lejano en todos los órdenes sociales se estará hablando de la irrupción del hombre tecnificado, y de una sociedad sin otro progreso más que el tecnológico. Que quede claro que no nos oponemos al progreso que desde tiempo inmemorial está teniendo la humanidad en todos los ámbitos, sino al olvido y a la denigración del ser que se está generando por parte del incontrolado desarrollo tecnológico de la era moderna. Nosotros pensamos que el progreso tecnológico debería abrir la oportunidad al progreso y al desarrollo social. Por otro lado, nuestro afán por rescatar la unidad nacional nos lleva a enfatizar que bajo ninguna circunstancia podemos permitir que ciertos hombres se estén imponiendo como vacas sagradas del país bajo el pretexto de estar luchando por el bien de la sociedad desde una perspectiva totalmente depredadora. Las actitudes nacionales en torno a esta mentalidad difieren cualitativamente de las grandes ideas que han transformado al mundo de hace trescientos o cuatrocientos años pues, según mi opinión nada dogmática, para transformar la conciencia nacional se debe estar exento de toda tendencia a crear individualismos que puedan poner en tela de juicio la idea del humanista moderno. En caso contrario, sólo estaríamos atacando un sector para favorecer a otro. ¿Qué sucedió en el pasado respecto a la forma de entender nuestra conciencia por la colectividad? ¿Podemos hablar en el siglo veintiuno de una Transición Cultural? Esto quiere decir que el problema que ha generado la Cultura del Individualismo no es de menor importancia como algunos pudieran verlo. Se trata, en realidad, de una forma de vida del hombre moderno, pero sobre todo, se trata de un asunto que nos concierne a todos; líderes sociales, hombre común y sociedad en general.
Tomado del libro: Conciencia Humanista
Autor: Gustavo Jiménez.
Editorial Hominis

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